La exposición de 1937 era la séptima realizada en París y fue titulada «Exposition Internationale des Arts et des Techniques».
El presidente francés Albert Lebrun fue el encargado de inaugurar la Exposición Internacional del arte y la técnica en la vida moderna. El recinto ferial, que ocupaba un amplio sector entre la colina de Chaillot y la plaza de Jena, alberga los pabellones de numerosos países del mundo. Uno de los que más atraen al público, dada la guerra en que está inmerso el país, es el Pabellón de la República de España, donde el gobierno republicano quería recordar al mundo que él representaba la voluntad democrática del pueblo español. Se trataba de un edificio de de dimensiones pequeñas comparado con otros como el de la Unión Soviética o Alemania, fue diseñado por José Luis Sert y Luis Lacasa, su estilo viene determinado por la aplicación de los principios racionalistas y funcionales; y debido al carácter efímero de la obra, los materiales empleados eran elementos prefabricados de rápido montaje como la estructura metálica, la mampostería de piedra y ladrillo y el vidrio para el cerramiento. El edificio tenía forma de prisma, con 3 plantas libres enlazadas con escalera o rampa laterales. Abrió sus puertas el 12 de julio de 1937.
Ante la fachada principal se elevaba la escultura de Alberto, «El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella», así como la «Montserrat» de Julio González y la «Cabeza de Mujer», de Pablo Picasso. Cuya «Dama Oferente», fue colocada en el jardín que recorría la fachada lateral derecha, frente al pabellón de Polonia. Grandes fotomontajes móviles cubrían parte de ambas fachadas.
La primera planta estaba completamente dedicada a la información, a base de paneles de fotomontajes, sobre actividades económicas, riquezas nacionales, estadísticas, agricultura, educación, previsión, escuelas, sanidad pública, misiones pedagógicas, etc. Los fotomontajes fueron uno de los elementos que mayor personalidad otorgaron al Pabellón Español. Su uso no se limitaba al interior del edificio sino que también se recurrió a ellos en el exterior. Dedicados, fundamentalmente, a informar de los logros llevados a cabo por el gobierno republicano sobre la economía, agricultura, industria, educación y cultura españolas, constituyeron el medio más rentable para la propaganda debido a su facilidad de lectura y a su bajo coste. Todo este trabajo sería dirigido por uno de los artistas más comprometidos, el Director General de Bellas Artes, Josep Renau, cuya mano es muy visible en obras memorables como los fotomontajes dedicados a la protección del tesoro artístico y a las misiones pedagógicas. La realización de esta ingente empresa en tan corto espacio de tiempo fue de una efectividad comunicativa sin precedentes y uno de los logros fundamentales en el éxito del Pabellón.
¡Qué interesante! Siempre hay miles de historias detrás de estas exposiciones.
ResponderEliminarSaludos y gracias por la lectura.
A mí particularmente me han gustado las fotografías que acompañan a esta entrada. Siempre tuve curiosidad por ver cómo era el mundo en otros tiempos, por eso me gustan las fotos antiguas :)
ResponderEliminarAída, a mí me sucede lo mismo, de ahí que haya elegido esas imágenes...
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